20070709

Los ojos en el mar

Se hundió un barco y murieron 314000 peces, 46000 calamares, y una persona. En un nuevo hundimiento, perdieron la vida 495000 peces, 27000 mejillones, y otro ser humano. Los medios de prensa humanos, obviamente se preocuparon por la muerte de los humanos involucrados. Luego del hundimiento de un nuevo barco, en el que perdido su vida 598000 seres, la atención se centró en la pérdida de la embarcación, y tal vez un poco en el lucro que alguien esperaba sacar de esos cuerpos. En esta última oportunidad, ningún humano había perecido.

La raíz de esta forma de pensar está en que sólo los seres humanos merecen ser considerados moral y legalmente. Los sistemas morales y legales, con todo y sus variantes, no dejan de considerar exclusivamente a los humanos como integrantes de la sociedad, y el resto son “objetos” a disposición de los mismos. Es por esta razón que cualquier iniciativa para considerar los intereses de aquellos que no tienen derechos es considerada, despectivamente, como “ambientalista”, ya que todo lo que no son seres humanos son “ambiente”, parque o patio de actividades humanas.

Este criterio que sólo considera a los miembros de la propia especie como moralmente relevantes, es heredado de todos los sistemas de poder anteriores. Por ejemplo, en la Antigua Grecia, sólo eran miembros de la comunidad los ciudadanos, o sea, patriarcas hombres adultos noesclavos. En la Edad Media, sólo eran miembros de la comunidad aquellas personas que estaban en buenos términos con el poder de la todopoderosa Iglesia, tanto así, que el término “antropocéntrico” resultaba algo así como revolucionario. En la actualidad, cuando todo individuo que, por pertenecer a la raza o especie humana es protegido por derechos, pero no pertenecer a ésta, es sinónimo de ser un “objeto”.

No importa si humanos o nohumanos tienen la misma capacidad de sentir dolor y placer, no existe legislación en el mundo que reconozca derechos a quien no sea humano. Así como el racismo es un sistema discriminatorio que exluye a humanos que no pertenezcan al mismo grupo étnico que los redactores de leyes (como sucedió hasta hace pocos años en Sudáfrica), y el sexismo hace lo propio con quienes no pertenezcan al mismo género que la mayoría de los legisladores, el especismo excluye a todo aquel individuo que no pertenezca a la misma especie que los redactores de las leyes. Aquellas normas humanas que en cierta forma protegen a esos objetos “animados” pero que no son humanos, también llamadas leyes de “bienestar animal”, muchas veces trasladan esa arbitrariedad para considerar a ciertos animales, excluyendo a otros. Por ejemplo, hay leyes que protegen a los animales que han sido domesticados por el ser humano desde épocas milenarias, los así llamados “animales domésticos” o “de compañía”. Otros proyectos legales para proteger a algunos animales están basados en otro concepto antropocentrista, que un animal debe ser protegido porque se parece mucho a los humanos. En cuestión de tamaño, peso, altura y expresiones, los grandes simios se parecen bastante a los humanos, y es por esta razón que una corriente de derechos animales busca proteger a estos seres y no a otros.

Es por este motivo que, aunque haya leyes que valoren de foma relativamente “mejor” a algunas especies, ya sea por haber sido domesticadas con mayor antigüedad (como por ejemplo, perros y gatos), o por parecerse un poco más a los humanos (como los grandes simios), hay otros individuos que se encuentran “en el otro extremo” del péndulo. Aquellos que viven en las profundidades del mar tienen la misma capacidad de sentir que un perro, un orangután, un humano, un gato, o un chimpancé. Los calamares, peces, crustáceos, delfines y lobos marinos y tantísimos otros seres que, por vivir un un poco más alejados de las ciudades humanas, son considerados “recursos pesqueros”, “pescados” o “mariscos” son, dentro de los sin-derechos, los menos considerados, los más postergados.

Hoy en día los medios de comunicación hablan de números, de cantidad de barcos, de subsidios, de aguas territoriales, de puestos de trabajo humanos en la industria de la explotación de animales que viven en el mar, pero los intereses de esos individuos que son tratados como un objeto cuantificable en toneladas, ni siquiera ya en números individuales, no son tomados en cuenta en lo absoluto.

Incluso si los medios de comunicación hablan de cifras impersonales, en kilos, de toneladas, de embarcaciones y redes, de euros o de dólares de los llamados “recursos pesqueros”, hay quienes no pudieron expresar su interés en permanecer con vida y nadar libres por los mares. Los ojos de quien está en un plato de “pescado”, en una “pescadería” o en una “lata de sardinas” querían ver otras cosas, querían ver sus propios asuntos.

www.DerechosAnimales.tk

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante todo ésto, de hecho es cierto, hay muchos que dicen ser vegetarianos, pero comen pescados, ya sea en latas, etc, nunca he entendido esta postura, de ser o no vegetariano, pero bueno, como biien se dice, hay de todo en éste mundo, digo SI TIENE OJOS, NO LO COMAS, ..... ciertamente los peces, son capaces de sentir, y padecer, como otros animales de tierra, pero muy pocos le toman en cuenta, incluso los que se adhieren a una dieta (no animal), NO lo entiendo, aquí está muy claramente escrito, y muy razonable.
Ellos están en un lado que NADIE toma en cuenta NUNCA, POR FAVOR NO HACED CONSUMO alguno de ellos, respeta sus vidas, ya están bastantes expuestos, con las contaminaciones del propio hombre, hacia el mar, por causa de industrias, refinerías, etc, etc,...
SEAMOS MAS HUMANOS, XDS, que NO CUESTA NADA.....y ellos nos lo agradecerán de por vida.....

Cuántos años deberán pasar para ésto último?????.....