20071120

Política y Veganismo 2

El siguiente artículo es mi aporte a una entrada del blog Pensamiento Vegano en la cual se debate el asunto ´Política y Veganismo´. El tema está muy relacionado con una anterior entrada del presente blog: ´Desde la Política´.


Me parece muy interesante este debate sobre política y veganismo, en el que me considero más coincidente con la opinión de Andressolo (o Andrés Cameselle) por los siguientes puntos:

1- Como explica el Dr. Gary Francione, los humanos, por el principio especista de que pertenecemos a la especie humana, tenemos garantizados derechos básicos, siendo el más fundamental el de nuestra individualidad, o sea, derecho a no ser considerado como un medio para los fines de otros. Es decir, somos sujetos de Derecho. Los animales no son sujetos para la legislación humana, sino que se les considera ´objetos´. Si bien existe esclavitud humana, la misma va frontalmente en contra de los Derechos Humanos.

2- El veganismo implica abstenernos de usar a los animales como si fueran objetos, tanto directa como indirectamente (o sea, no generamos mercado para que se sigan usando animales para fines humanos). Esto quiere decir que, al estar veganos/as, nos estamos poniendo del lado de la solución y no del problema. La sociedad es especista en general, pero podemos elegir no ser especistas. Nadie está obligado a ser especista, es un Derecho Humano garantizado el elegir cómo llevar nuestras vidas. Por este motivo, no importa quién esté en el poder humano de turno para que podamos elegir ser especistas o no. Si bien hay políticas y gobiernos más especistas que otros, no hay partido político que proponga seriamente cambiar el paradigma y el relacionamiento entre humanos y nohumanos.

3- Si bien los políticos a veces pueden mostrarse más ´amistosos´ para con los movimientos por los Derechos Animales, ninguno cree seriamente en dejar de considerar a los animales como si fuesen ´objetos´ de consumo humano.

4- Nuestras opiniones sobre los políticos pueden distorsionar la verdadera causa por la que luchamos. No importa qué ´línea´ siga cada quien, si somos abolicionistas, liberacionistas, bienestaristas, anarquistas, punks, etc., si ponemos expectativas en las promesas de algún político, vamos a creer que él apoya nuestra causa y hasta quizá comunicar a otros (hacer activismo) diciendo que "tal político es ´bueno´ porque apoya tal o cual causa". Tampoco estoy proponiendo un sentimiento antipolítico, antidemocrático o algo que se le parezca. Simplemente digo que no veo en la política (partidaria o no) un espacio para proponer un cambio en el relacionamiento humano-nohumano. La política actual es 100% considerada para humanos, sea de la corriente que sea. Mi opinión es la de dejar a la política por un lado, y al activismo por los Derechos Animales por otro.

Saludos,


Pablo

1 comentario:

Anónimo dijo...

Estimado Pablo,

He leído con atención tus puntos sobre mi respuesta a Andrés Cameselle (con quien tuve el placer de hablar y debatir en persona hace unos días). Estoy de acuerdo con buena parte de lo que dices, pero me gustaría comentar algo al respecto.

1. No se puede generalizar la afirmación de que los humanos tenemos garantizados derechos básicos por el hecho de ser humanos. Existen muchos países donde actualmente ese derecho sí existe (un tema más complejo sería si en esos países dicho derecho existe realmente de forma efectiva, además de estar tipificado en la legislación), pero han existido sociedades del pasado donde una importante parte de la población era esclava, e incluso existe en la actualidad lo que la OIT (Organización Internacional del Trabajo) ha denominado “esclavitud moderna”. Asimismo ha habido sociedades del pasado y de la actualidad donde no son respetados (en muchos casos ni siquiera “sobre el papel”) varios derechos básicos para los humanos, como la libertad de expresión, la educación, la sanidad, el juicio justo, el voto…

2. Tú mismo afirmas que existe esclavitud humana, pero señalas que la esclavitud va en contra de los Derechos Humanos. Estoy de acuerdo, pero la esclavitud no deja de existir por el hecho de que vaya en contra de los Derechos Humanos. Los humanos esclavizados no están viendo garantizados sus derechos básicos pese a ser humanos y pese a la idea de Derechos Humanos. Para que alguien vea reconocido el derecho a la libertad o cualquier otro derecho, no basta con pertenecer (o no pertenecer) a determinado grupo social, ni basta con la existencia de la idea de Derechos Humanos (o Derechos Animales). Para que dichos derechos sean reconocidos es necesario que el poder legislativo apruebe leyes que reconozcan dichos derechos, que el poder ejecutivo haga cumplir dichas leyes y el poder judicial sancione a quien actúa en contra de dichos derechos.

3. En último término podemos elegir ser veganos (la forma más efectiva, con el activismo, para ayudar a los animales esclavizados actualmente y en el futuro), pero el entorno social ejerce una tremenda influencia sobre los humanos en todos los temas, y también en la difusión del veganismo. Aunque no haya políticos que consideren que los animales no deben ser usados, hay planteamientos políticos que indirectamente favorecen la extensión del veganismo. Es más fácil difundir el veganismo en una sociedad donde existe libertad de expresión (incluyendo el acceso a los medios que posibilitan de forma efectiva dicha libertad de expresión), y también es más fácil difundir el veganismo en una sociedad donde se garantizan el derecho a la educación, a la salud, a un trabajo digno… Si la gente tiene problemas en llegar a fin de mes, en tener estudios, etc., es más difícil que se haga vegana, y mucho más difícil que haga activismo.

4. Por una parte el veganismo debería dirigirse a todos los humanos, con independencia de sus planteamientos políticos. Sin embargo, como señala David Nibert en su libro “Animal Rights / Human Rights”, el capitalismo supone un límite a la extensión del veganismo, debido, entre otros motivos, al poder adquirido y mantenido por los explotadores de animales (algo de lo cual hablo en mi artículo “El veganismo al frente“). Ante esto, la respuesta sobre cómo actuar teniendo en cuenta ambas cosas es de difícil solución, pero pienso que en todo caso el apoyo a determinados planteamientos políticos debería realizarse en todo caso con un sano escepticismo, y sin un excesivo vinculamiento con el activismo por los derechos animales.

5. Hay que tener en cuenta que, dado que vivimos en una sociedad política, no es realmente posible desentendernos de la política. Un desinterés en la misma supone en la práctica la reafirmación de los planteamientos políticos vigentes. Los cambios políticos se producen por la combinación de condiciones objetivas (hechos sociales) y condiciones subjetivas (planteamientos individuales). Al no desarrollar una postura crítica hacia la política vigente, no contribuimos a que se desarrollen las condiciones subjetivas necesarias para posibilitar el cambio político.

Un saludo.