Quienes defendemos que todos los seres sintientes debemos ser considerados como personas físicas, o sea, tener derechos, nos vemos cuestionados casi a diario por quienes afirman lo contrario. Nos vemos cuestionados, siendo nuestra postura muchas veces es catalogada de ´radical´ por quienes no admiten más que a los humanos como portadores de derechos básicos (especismo). Pero si bien nos podemos sentir incómodos al ser cuestionados, como le sucedería a cualquiera en esa posición, también sabemos que vivimos en una sociedad especista (que distingue por especie y sólo considera a los de la especie humana para darles derechos). Defendemos la libertad de todos, humanos y no humanos, para vivir en paz sin usarnos los unos a los otros como si fuésemos objetos, mercancía o ´bienes de consumo´.
Creo esta introducción necesaria ya que los cuestionamientos que nos hacen día a día, y que con gusto y ánimo de diálogo contestamos son producto de una diferencia de criterios. La noción de considerar a los animales nohumanos como sujetos de derecho todavía no está difundida lo suficiente en la sociedad, e incluso está la idea de que ´derechos animales´ significa "tratar mejor a quienes son considerados como objetos" (Gray Francione, en su libro Introduction to Animal Rights: You Child or The Dog explica la diferencia: "Éste, el de no ser tratados/as como un medio a los fines de otros/as, es un derecho básico, es un derecho pre-legal ya que es un
prerrequisito necesario para el goce de cualquier otro derecho.", página 93).
Lamentablemente, existen individuos que, lejos de cuestionar desde la inocencia de encontrarse con una opinión diferente, saben perfectamente que sus intereses, negocios, imagen pública y credibilidad son frontalmente opuestos a una convivencia pacífica entre humanos y nohumanos. Este es el caso de un recurrente peletero sobre quien escribiéramos un artículo recientemente (click aquí para leerlo), con motivo de un agresivo y vulgar artículo que se encuentra publicado en la página de su negocio particular (click aquí para leer el artículo original).
Esta vez no se trata de una página web personal como en la oportunidad anterior, sino de un artículo en el diario La Nación de Buenos Aires. Es un escueto texto donde resume todo lo que había dicho con anterioridad (básicamente, repetía que "él tiene derecho a usar a los animales como objetos").
El artículo aquí reproducido, con un título sumamente agresivo y especista dice "Chinchillas sí, Veganos no!!". Para empezar, no queda claro por qué dice "chinchillas sí", como si planteara algo positivo para estos animalitos que él usa como objetos de su negocio. La falsa dicotomía entre ´chinchillas o veganos´ es producto de una gran ignorancia. Las chinchillas, como cualquier otro animal, sienten dolor y placer, y por lo tanto deberían ser consideradas como sujetos de derecho. Queremos chinchillas (y el resto de los animales) con derecho a no ser utilizadas, por lo que el título es pura charlatanería.
En cuanto al texto del artíclulo, comienza ´poniendo todo en la misma bolsa´, o sea, utilizando la téctnica de la amalgama para manipular al lector. Primero que nada, no somos terroristas ecológicos, ni de ningún otro tipo. Si el autor del artículo leyó alguna vez alguna página vegana, podrá ver que defendemos el derecho de todos los seres sintientes, humanos y nohumanos, a vivir y coexistir en paz. Lejos estamos de plantear la violencia como medio, pero el autor del texto, sin embargo, sí utiliza lenguaje violento que incita a más violencia. No negamos que hayan existido quienes, en nombre de la causa de los animales, hayan efectuado acciones ´terroristas´, pero no es lo que planteamos.
Más adelante en el texto, el peletero repite lo mismo que había dicho en el artículo de su página web, diciendo que existen videos "falsos" (qué hay de falso en la extracción de la piel de alguien? en cuántas formas se puede filmar? cuál sería un video verdadero sobre esa infame industria especista?), y que se recauda dinero que no va a los animales. Nuevamente, el autor cita instituciones que no representan al veganismo, ya que el veganismo es una postura ética que consiste en no utilizar a los animales como si fuesen objetos. El veganismo no existe como institución única, no tiene representantes, y si alguien toma a alguna institución como representante, debería saber que es tan sólo una institución, no la idea principal que motiva a lxs veganxs.
Como el texto se focaliza en supuestas acciones que ocurrirían en la Provincia de Buenos Aires, y que estarían motivadas por quienes quieren liberar a los animales del dominio humano, no vamos sino a reiterar que no está entre nuestras ideas ni acciones el liberar a uno, dos, cien, o dos mil animales en particular, sino que cuestionamos el status de ´objeto´ con el que son catalogados los animales (nohumanos) según el Derecho vigente. Si bien nos oponemos a ese dogma, no atentamos contra el resto de los bienes y objetos que son considerados propiedad privada.
Cabe dejar en claro el siguiente razonamiento lógico: los/as veganos/as no consideramos a los animales como ´objetos´, pero los animales son encerrados dentro de otros objetos: propiedad privada/cercos/rejas/alambrados, etc. Los/as veganos/as que no cuestionamos el derecho a la propiedad privada en sí (cabe aclarar que, como cualquier otra persona, un/a vegano/a bien puede cuestionar este derecho, pero no es nuestro caso), no desconocemos la propiedad privada inanimada (los verdaderos objetos, terrenos, cercos, alambrados, etc.), y por lo tanto, no efectuamos acciones para violarla.
Con el anterior razonamiento, queda descartada cualquier vinculación entre los Derechos Animales (el derecho de cualquier ser sintiente a no ser considerado como un ´objeto´) y acciones en contra de los verdaderos objetos (inanimados).
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