20080615

Veganismo en Cuerpo y Alma

En anteriores entregas de este blog hemos tratado el tema de cuál estrategia es más conveniente seguir a la hora de promover un estilo de vida que sea, por un lado, libre del uso directo o indirecto de animales (vivir de forma vegana), y por otro, libre de discriminación hacia los animales (despojarnos del especismo). A lo largo de la elaboración del presente trabajo hemos debatido con otros autores veganos, como ser el del blog ‘Pensamiento Vegano’, quien sostiene que es el uso de animales nohumanos por parte del ser humano el que genera el especismo, y no lo contrario, o sea, que es la discriminación especista la que genera el uso de animales.

Lo que intentaremos explicar en esta oportunidad es nuestra visión, la cual no encaja necesariamente en sólo una de las anteriores opciones. En definitiva, no creemos que el uso de animales sea algo necesario y/o preexistente en la naturaleza humana, y que este uso espontáneo provoque que los humanos creen un sistema o legislación para justificar ese uso ante los demás humanos. Asimismo, tampoco creemos que la discriminación o división arbitraria entre animales humanos (especie Homo-sapiens) y el resto de los animales (los que generalmente son denominados ‘animales’ sin más) por sí sola genere su uso por parte de los humanos. Como se explica en la página principal de nuestro sitio web www.DerechosAnimales.tk, no podemos dejar de lado ninguno de los dos aspectos a la hora de pensar cuál es la mejor forma de llevar el mensaje de los Derechos Animales a las personas.

Veganismo sin antiespecismo

En el artículo denominado ‘Implicaciones del análisis socioeconómico de la esclavitud animal’ se dice que “Los animales son usados porque su uso es rentable, y porque las personas pueden usarlos. Para justificar ese uso va surgiendo una ideología especista. Este hecho tiene una serie de implicaciones, como las siguientes...” (pasando luego a defender la teoría antes mencionada).

Nos detendremos en algunos de los puntos mencionados. Por ejemplo, que “el uso de animales es rentable”. Pareciera obvio que usar animales sea rentable, ya que la industria ganadero-frigorífica ostenta mucho poderío económico y está presente de forma constante en los medios. Pero tal vez sea justamente esta constante ‘obsesión’ mediática (cuyos ejemplos pueden ver en la recopilación de imágenes especistas) lo que pudiera demostrar que esto no es tan así. Una empresa o sector que necesita estar constantemente remarcando su existencia para que el público no la olvide, podría en realidad estar necesitando justamente eso, reivindicar su existencia.

Además, ‘rentable’ debería ser sinónimo de autonomía económica. Esto no es siempre cierto para el sector ganadero-frigorífico, y la sóla existencia de instituciones paragubernamentales como el INAC en Uruguay, el IPCVA en Argentina, o el Instituto Pró-Carne en Brasil, por citar sólo algunos ejemplos, significa subsidios por parte del Estado (de todos los contribuyentes, en realidad) a la industria de la carne y afines.

Si hablamos de ‘rentabilidad’ desde el punto de vista del rendimiento de cada kilogramo de proteína para consumo humano frente al uso de tierras productivas, la carne queda en un último lugar. Esto no lo decimos los/as vegnos/as solamente, sino los propios productores ganaderos y periodistas especializados en la materia: “...Y si vamos a la proteína, que es el otro componente importante de la alimentación del ser humano, una hectárea de soja produce 22 veces más proteína por hectárea que una hectárea de carne.” (Miguel Lázaro en ‘La Tertulia Agropecuaria’, radio El Espectador 810AM, Mvd., 2 de junio de 2008)

Si las personas pueden usar a los animales, esto no se debe a un detalle menor, sino que refuerza la idea de que el prejuicio precede al uso. Que los seres humanos puedan usar a los demás animales como si fuesen objetos, es precisamente porque todos los sistemas legales del mundo definen a los animales como ‘bienes muebles semovientes’, o sea, ‘objetos de derecho’. Esta definición es la base para que los humanos utilicen la propiedad privada que les pertenece como mejor les parece. Es por esta razón que ninguna ley que hable sobre los animales tuvo ni tendrá ningún efecto significativo mientras no se reconozcan derechos a los animales, algo que no pueden tener al ser ellos mismos considerados como ‘objetos’. Sin duda ese es un prejuicio reflejado en una ley. Es ese precepto el que autoriza el uso de animales, y no otro motivo.

Analizaremos ahora el punto de que “Para justificar ese uso va surgiendo una ideología especista.”, sostenido por el mencionado blog. Si las personas toman como natural el uso de animales es porque desde pequeños/as somos criados y educados con la idea de que los animales son objetos, mientras que los humanos somos sujetos. La discriminación entre especies es generalmente no percibida por la población, y mucho menos representa un dilema moral. A lo sumo, el uso de animales puede parecer escandaloso, ya que el instinto naturalmente nos damos cuenta que los animales no son objetos, sino seres que sienten igual que nosotros, y por lo tanto tienen intereses propios, valor inherente. Para aplacar tal intuición es que la industria ganadero-frigorífica utiliza las llamadas “medidas de bienestar animal”, o sea, decir que usar a los animales no representa un problema para ellos, siempre que se los use de determinada forma. Medidas como estas son, por ejemplo, usar jaulas de mayor tamaño, matar con gas, reducir los golpes y azotes, etc. Por lo tanto, no es posible afirmar que la industria ganadero-frigorífica necesite el especismo como justificación para lo que hacen, ya que los humanos en general no se cuestionan el uso de animales sino, a lo sumo, la forma en que los animales son usados. Es tarea nuestra, de los/as veganos/as la de concienciar sobre el valor inherente de los animales, sean de la especie que sean.

Antiespecismo sin veganismo

Pero tampoco sería efectivo promover un cuestionamiento del especismo sin la difusión del veganismo. Por supuesto que sería deseable que nadie tenga actitudes o dichos especistas, o racistas, u homofóbicos, o sexistas, o discriminatorios en cualquier otro sentido. Dejar de hablar y actuar de forma especista supone olvidar aquello que nos dijeron desde pequeños/as, de que “los animales son objetos”. Técnicamente, esto sería posible, por supuesto, ya que los prejuicios son erradicables de la mente de cualquiera. Pero no ser especistas supone solamente la parte teórica, o sea, nuestro discurso, mientras que vivir veganos/as representa la parte práctica, nuestras acciones cotidianas. Como explicamos en nuestro sitio web, ambos aspectos son las dos caras de la misma posición ética: derechos que protegen nuestro valor inherente, independientemente de la especie a la que pertenezcamos. Tal protección parte de la base de nuestra capacidad de sentir, la cual no varía si somos de la especie Homo-sapiens, o si somos de cualquier otra especie.

Supongamos que alguien está completamente de acuerdo con nuestro enfoque. Dicha persona pasa a dejar a un lado su prejuicio especista. Sus dichos ya no reflejarán la discriminación o distinción arbitraria entre animales humanos y nohumanos. Pero de qué serviría tal discurso, si en la práctica no ha dejado de utilizar, directa o indirectamente, productos que impliquen el uso de animales? Por esta razón, el cuestionamiento del especismo (posición también llamada ‘antiespecismo’) no puede ir separado de una vida vegana. Quedará para otra oportunidad y mayor discusión semántica si entendemos por ‘veganismo’ como una posición filosófica que por definición cuestiona el especismo, o si cuestionar el especismo no implica, de forma automática, prescindir del uso de animales en la práctica. Sabemos que veganismo no implica antiespecismo, ya que muchas veces vemos u oímos actitudes discriminatorias hacia los animales por parte de individuos veganos. Además, por razones estratégicas o pedagógicas, es mejor mantener separados los términos, y así poder referirnos a qué aspecto de la vida de las personas estamos llegando cuando hacemos difusión de los Derechos Animales.

Enfoque integrado

Para una mejor comprensión de a qué nos referimos con ‘enfoque integrado’, es recomendable la lectura de la página inicial de www.DerechosAnimales.tk, donde explicamos dicho enfoque. Tal enfoque no supone ideas diferentes a lo que se entiende estrictamente por Derechos Animales, sino que trata el tema de la difusión de tales ideas.

Al difundir el veganismo estamos llegando a un momento específico en la vida de cada individuo, el de decidir sobre lo que consume o hace. Consumir un producto no vegano, o sea, un producto que implique la utilización de algún animal en su elaboración, es apoyar tal práctica, es ser cómplice de tal utilización.

El blog Pensamiento Vegano propone difundir el veganismo utilizando cualquier estrategia, como por ejemplo, la estrategia medioambiental, y no sólo la argumentación ética. Pero sólo una motivación ética a la hora de elegir si el producto que vamos a comprar implica una de las siguientes posibilidades: a) alguien que tiene valor inherente por tener la capacidad de sentir dolor y placer, fue utilizado en la elaboración de ese producto o; b) el producto no es éticamente cuestionable ya que los animales son ‘objetos’ igual que cualquier ingrediente de origen vegetal o mineral.

Las personas no se cuestionan éticamente usar animales o productos que impliquen el uso de animales, es tarea de los/as activistas veganos/as generar conciencia sobre este aspecto. Cualquier otro argumento que no sea el ético, bien puede aumentar de hecho el número de personas que no utilizan animales o productos que contengan o utilicen animales, pero este criterio (o falta del mismo) está diciendo “vale todo”. Sin una motivación ética, podría ocurrir alguno de los siguientes ejemplos: Cuando alguien está en el mercado decidiendo si comprar un litro de leche de vaca, o uno de soja podría, por ejemplo, pensar que para el medioambiente es mejor el producto de origen animal, ya que tiene menos elementos químicos. Cuando alguien está decidiendo si comprar una prenda de lana o una de felpa o ‘polar’, podría argumentar que la fibra sintética es “menos ecológica” que la que implica el uso de animales, por más que la sintética no sea cómplice del uso de animales como si fuesen ‘objetos’, tenga un precio mucho menor y abrigue mucho más.

Las personas, sean veganas o no, a la hora de elegir un producto ‘ponemos en la balanza’ una serie de ventajas y desventajas de cada producto que estemos comparando. Claro que quienes ponemos la ética por encima de cualquier otro criterio, ya tenemos ‘solucionados’ muchos de estos dilemas, ya que pasaremos por alto los productos que impliquen la utilización de animales. Afortunadamente hoy en día, estos productos traen consigo otras ventajas: a) el especismo nos ha hecho creer que el uso de animales es prestigioso y lujoso, por lo que los productos que no tienen componentes de origen animal suelen ser más económicos, algo que se puede ver sobre todo en prendas de vestir, por ejemplo; b) al elegir por motivos éticos productos que no implicaron el uso de animales, también estamos ayudando, de forma indirecta, ya que el impacto dañino que tiene la ganadería sobre el medioambiente está en segundo lugar sólo después de los gases de escape emitidos por los vehículos.

En definitiva, de todos los elementos que consideramos a la hora de elegir un producto, es el que consideremos como ‘más importante’ o ‘prioridad número uno’ el que determine qué producto compraremos. Sólo la ética a la hora de elegir si participaremos o no del uso de animales es un argumento lo suficientemente fuerte como para determinar que ninguno de los productos que adquirimos impliquen que un ser con valor inherente (un animal) haya sido utilizado en su elaboración. Esta decisión está en cada uno/a de nosotros/as, cada día. Asimismo, de nuestro discurso discriminatorio o no hacia los animales dependerá también, si más personas continúan creyendo que los animales nohumanos son ‘objetos’ o seres cuyo valor inherente merece ser considerado. Teoría y práctica no deberían estar alejados el uno de la otra, y de esta forma nuestro discurso será tomado en serio.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola, Pablo.

He respondido a tu artículo. Puedes leer la respuesta aquí,

Un saludo.