20070923

Respuesta a un peletero

(artículo modificado tras la desaparición de los sitios web de propaganda especista 'Primero el Hombre' y 'El |Concejo de la Industria de la Chinchilla', ahora centralizados en la página web de propaganda católica 'Catholic.net')

Introducción

“Una mentira repetida mil veces se puede transformar en una verdad”, decía Adolf Hitler, autócrata que causara sufrimiento, muerte y guerra en el siglo pasado. Él acusaba de peligrosos y mentirosos a quienes perseguía, torturaba y mataba, ya que desde su posición de poder, los veía como ‘objetos’ que se interponían a sus enfermizos planes. Él sostenía que los judíos (además de gitanos, afrodescendientes, polacos y miembros de otras etnias, así como también homosexuales) eran “un problema” que debía ser “resuelto”. En definitiva, los veía como ‘objetos’ y no como individuos en igualdad de condiciones.

En esta oportunidad analizaremos un texto que, si bien ha estado publicado en la web por un tiempo considerable, se convirtió luego en el contenido de una portal web que pretende hacerse portavoz de los especistas unidos y merece ser comentado. La creación del ya inexistente portal ´Primero el Hombre´ (www.primeroelhombre.com.ar), y actualmente centralizada en la página web 'Catholic.net' (www.catholic.net) marca un antes y un después en la historia del veganismo. Hasta hoy, quienes consideraban a los animales nohumanos como si fuesen objetos, lo hacían porque no conocían otra posibilidad, y lo hacían sin ánimo de ´ser malos´, ya que muchas veces se actuaba sin información. Al igual que todxs nosotrxs antes de ser veganxs, no sabíamos que existían alternativas. El portal ´Primero el Hombre´ marca una horrenda intencionalidad por parte de los especistas, quienes se unen para promover la idea de que los animales que no son humanos son ´objetos´.





El artículo no presenta mayores diferencias con respecto a las expresiones que habitualmente utilizan quienes nos cuestionan día a día, pero por su inusual extensión (tremendamente reiterativa, por cierto), creo positivo analizar paso a paso, aunque más no sea para evitar el efecto de la ‘milésima repetición’ que busca el autor. Cabe destacar que el autor, además de contar con oscura fama por su forma de pensar respecto de los animales, cree ‘correcta’ la utilización de los mismos como si fuesen objetos. Él parte de ese paradigma para lanzar sus excusas. Veamos quién es quien.

El explotador y sus mentiras

El texto en cuestión es de una naturaleza extremadamente tendenciosa en sí mismo, ya que fue publicado por el ‘Consejo de la Industria de la Chinchilla’ en su ya inexistente web corporativa www.chinchillaindustrycouncil.com/espa/ecotrerroristas/ecoterroristas.htm (ahora centralizada en la página de propaganda católica 'Catholic.net'. Reitero, se trata de un texto tendencioso ya que fue escrito para defender los intereses económicos de un grupo de pecuaristas cuyo negocio está basado en las siguientes ideas previas: 1) Que los animales nohumanos (o sea, todos aquellos animales que no pertenezcan a la especie homo-sapiens-sapiens) existen en función de los intereses de los humanos; 2) Que los animales humanos tienen un ‘derecho autoconcedido’ a utilizar a los demás como si fuesen alguna especie de ‘objeto’ (ya que así definen las leyes humanas a los individuos nohumanos) para provecho de sus propios fines; 3) Que este derecho autoconcedido proviene de alguna entidad superior, y que toda idea contraria a esta, es un mal en sí mismo, con todas las acepciones que esto tiene en el mundo actual, como por ejemplo, la de ‘subversivo’ (término utilizado por los regímenes dictatoriales latinoamericanos de las décadas de 1960 a 1980) y ‘terrorista’ (término utilizado en el pasado y en la actualidad para definir a quienes se basan en crear terror para presionar y conseguir fines políticos); 4) Que la consideración de los animales (nohumanos) como ‘objetos’ por parte del género humano es parte fundamental, obligatoria, imponible e incuestionable de la pertenencia a la especie humana, no habiendo lugar a la más mínima opinión en contrario; y 5) Que cualquiera que opine que quienes son utilizados como ‘objetos’ (tal y como ocurría también entre humanos cuando la esclavitud humana estaba vigente, o durante los regímenes fascistas de la Europa de las décadas de 1930 y 1940) merecen ser protegidos por derechos es un ‘terrorista’ por el mero hecho de pensar diferente, y sin importar si jamás ha perpetuado acto de violencia alguno. Seriamente convencido de los cinco puntos antes mencionados, el autor del texto, integrante del CIC, escribió su artículo antivegano.

Para el siguiente análisis se intentará evitar el uso de palabras ‘políticamente incorrectas’ o insultos, ya que no es nuestra idea tergiversar el mensaje. Reitero, no existe una ‘receta’ para ser vegano, simplemente porque no hay una receta para hablar sobre ética o valores, no hay una receta preestablecida para defender los derechos de quienes no los tienen. También es oportuno señalar que el autor del citado artículo firma como ‘Doctor’, cuando dicho título no figura para su persona en la lista de integrantes del CIC, sin mencionar el altísimo número de insultos y vulgaridades que el autor utiliza para intentar desprestigiar a los defensores de los Derechos Animales. Por citar sólo algunos ejemplos, utiliza reiteradamente expresiones como ‘terroristas’, ‘mentirosos’, ‘doctrinarios’, ‘propagandistas’, ‘insatisfechas’, ‘desquiciadas’, ‘feroces’, ‘neuróticos’, ‘raritos’, ‘locos’, ‘agresivos’, ‘nazis fascistas’, ‘viejas gateras’, ‘pobre gente’, ‘acomplejados’, ‘sectarios’, ‘hooligans’, ‘espiritualmente pobres’ o ‘fanáticos’, ‘individualistas’, entre otros tantos que no mencionaré para no aburrir al lector, y pasar así al análisis del texto.

Comienza el artículo con un título extraño teniendo en cuenta la autoría del mismo, o sea, el grupo de explotadores de chinchillas. El propio logotipo de dicha organización es extraño, ya que tiene la imagen de una ‘simpática chinchilla’, un animalito viviente y con expresión en su cara, a pesar de que lo que la CIC hace es despellejar a estos animalitos para vender su piel. Por si todavía no queda claro, el CIC es un lobby que promueve la utilización de animales para la fabricación de prendas ornamentales suntuosas orientadas a las clases más altas y los mercados más exóticos consumidores de prendas de altísimo precio, sin cuestionar a costa de quienes son confeccionadas. No existe justificación alguna para utilizar a otros seres sintientes, o sea, que tienen la capacidad de sentir dolor y placer igual que los humanos, como si fuesen meros ‘objetos’. El mero concepto de esclavitud, tanto sea la que existía en detrimento de los humanos en siglos anteriores, como la que existe actualmente hacia los animales, implica la degradación hacia ‘objeto de derecho’ del que es utilizado por parte de un ‘sujeto de derecho’ (autor y portador de una protección legal). La propia institución del especismo, o sea, la consideración de los animales como ‘objetos de derecho’, permite que sean utilizados como su ‘propietario’ crea conveniente. Esto incluye, en el caso particular de los peleteros, la electrocución anal y/o vaginal de las víctimas (dicen que es para no dañar las pieles) y otras aberraciones que, si fueran perpetuadas a humanos, merecerían las peores penas que cada país tenga previstas. La razón por la que un mismo acto de tortura es tratado de forma diferente es tratado como ‘industria’ si la víctima es nohumana, o ‘crimen especialmente agravado’ si la víctima es humana, es justamente el especismo, la doctrina de que los humanos son los únicos que merecen no ser considerados como ‘objetos de derecho’.

Pero tal consideración es defendida por alguien tan conservador como para tomarse a pecho el rótulo de ‘objeto’ que la ley coloca en los animales nohumanos, y así perpetuar la tortura, lucrar con su producto, creerse defendido por ‘leyes absolutas’, y calificar de ‘terroristas’ a quienes cuestionan su barbarie. Acaso soy un terrorista por decir que alguien que tiene la misma capacidad de sentir dolor que yo, tiene un interés idéntico al mío, en no ser utilizado como un objeto a los fines de otros/as?

Cabe hacer esta puntualización en el título del artículo, ya que el autor pretende ser simpático con sus víctimas al referirse a ellas como ‘La Chin’ (diminutivo afectivo derivado de ‘chinchilla’), en oposición a ‘ecoterroristas’ para referirse a los defensores de los Derechos Animales. No creo que haga falta aclarar el grave error conceptual del autor, ya que el prefijo ‘eco’ hace referencia a los ecologistas, quienes poco tienen que ver con lxs veganxs y los activistas por los Derechos Animales. Es más, muy pocos ‘ecologistas’ son veganos, y ni siquiera ovolactovegetarianos, sino que su preocupación pasa generalmente por preservar espacios geográficos naturales, o a lo sumo, evitar que especies (no individuos) animales, o vegetales desaparezcan. La única coincidencia con ellos, es que por el mero hecho de llevar una vida vegana, o sea, sin utilizar a los animales como si fuesen objetos, un individuo está colaborando enormemente con la ecología en general.

En cuanto a la otra parte del término, la de ‘terroristas’, queda claro que el autor llama terrorista a todo aquel que vaya en detrimento de su negocio. Un terrorista es alguien que crea miedo en la población, de forma de presionar para que sus fines sean obtenidos. Las organizaciones o los estados terroristas matan, generalmente poniendo bombas, secuestrando, amenazando, de forma que la población actúa de acuerdo a sus fines. Lo que estoy diciendo aquí es que luchar porque quienes no tienen derechos, o sea, los animales, los tengan, no puede ser catalogado de terrorista, ya que a los únicos que podría ‘asustar’ es a quienes dependen del especismo (discriminación en contra de quienes no pertenecen a su misma especie, rebajándolos a la condición de ‘objetos’) para continuar con una forma de hacer negocios. No estoy diciendo que nadie haya cometido actos violentos en nombre de los Derechos Animales, ya que las formas de actuación de las organizaciones son casi tan variadas como las ideas de cada individuo. En lo personal, creo que ningún acto terrorista justifique la reivindicación de la lucha por el derecho a no ser considerado como un objeto.

Para continuar con el análisis, se adjudicará un número a cada párrafo del texto original, de forma de facilitar la lectura. Pasamos entonces al párrafo número 3. Ahí justifica la utilización de las pieles de los animales por parte de los humanos, debido a que “siempre ha sido así”. Razón conservadora si las hay. Sería como justificar la esclavitud humana diciendo que ‘desde los tiempos de los griegos ha existido esa institución’. Si algo ha dejado de positivo el siglo XX es un enorme avance tecnológico que dejó más que en evidencia que no es necesaria la esclavitud, ni humana, ni animal, para que el mundo exista. La invención de telas sintéticas como el ‘polar’ o ‘fleeze’, sin contar con los enormes avances en ropa autocalefaccioanda, han demostrado que ésta es, por lejos, la forma más eficiente de abrigo.

Es tragicómico leer, cada cierto número de párrafos del texto, ‘spots’ publicitarios del lobby peletero. En ellos, el autor hace una especie de propaganda infantil diciendo cosas como ‘nuestras ventas aumentan!’, al mejor estilo ‘Llame ya!’. Esto puede verse en los párrafos número 4, 7, 8, 11,

En los párrafos 5 y 6, habla de una supuesta ‘necesidad’ de usar la piel extraída a los animales para abrigo de los humanos. Tal vez esta visión (trágicamente) idílica del peletero se remonte a leyendas de la Rusia de los Zares y los tradicionales gorros hechos con animales muertos. En la actualidad, la globalización ha llevado las tecnologías más eficientes a los rincones más alejados del planeta. El consumo ‘voraz’ que el autor tanto festeja, no es sólo de pieles, sino que la tradición en muchos de esos países fomenta el fuerte desprecio hacia todo derecho individual de quien no sea humano.

Una gran falacia puede apreciarse en el párrafo 9, ya que, por ejemplo, la tela ‘polar’ es producto del reciclaje de botellas de refresco. En cambio nada dice el autor sobre las consecuencias de la segunda fuente de contaminación que existe en el mundo (luego de los gases de los automóviles y otros vehículos), la industria peletera/talabartera, frigorífica y ganadera en general. Las sustancias (como por ejemplo, ácidos nitrosos, mercurio, etc.) que los peleteros usan para tratar la piel que le han arrancado a los animales, son vertidas en ríos y arroyos, generando las peores condiciones de contaminación.

En el párrafo 11 vemos un ejemplo de lo que menciono en la introducción de este artículo, así como en otras razones preocupantes sobre las ‘verdades únicas e incuestionables’. El autor dice que se siente feliz porque ‘hay poca gente que se opone a la utilización de animales nohumanos como objetos a los que se les arrancan sus pieles’. Obviamente ese sería su sueño para que su negocio no tuviera “problemas a ser resueltos” (ver introducción). Un negrero convencido seguramente piense: “Si nadie se preocupara por lo que piensan los esclavos, las plantaciones de algodón del sur de EE.UU. también podrían tener mano de obra ‘gratuita’ para los hacendados sureños.” Un nacionalsocialista convencido seguramente piense: “Si todo el capital perteneciera a los de ‘raza aria’, no tendríamos que preocuparnos por hacer campos de concentración”. Asimismo, el autor del artículo peletero propone que todos nos convenzamos de que es justo y necesario utilizar a quienes no pertenezcan a la raza humana como objetos para utilizar (torturar, despellejar, matar o cualquier otro uso imaginado por alguna mente enferma).

En los párrafos 12, 13 y 14 hay una descripción de lo que el autor ve como ‘el enemigo’. En realidad no es una mala descripción de lo que son los Derechos Animales, pero sólo si se toman como ejemplos. O sea, como sostiene el Prof. Dr. Gary Francione, “Si nos tomamos en serio la moralidad, entonces debemos afrontar lo que nos dicta: si está mal que Simón torture perros por placer, entonces es moralmente incorrecto que comamos carne.” (Introducción a Los Derechos Animales: Your Child or The Dog?, Gary L Francione, 2000, Temple University Press, pág. 188). El autor del texto de la industria peletera se ve algo así como sorprendido de que respetar los derechos de los animales incluya que no sean utilizados como objeto de diversión, por ejemplo, en circos. Y en cuanto a mascotas, que también menciona, por supuesto que es contrario a cualquier sujeto de derecho, el ser utilizado como un objeto de producción de cachorros. Esto quiere decir, es contrario a los Derechos Animales el comercio de animales como mascota, y no el vivir con acompañantes nohumanos, por ejemplo, rescatados de la calle producto de que alguien los utilizó como ‘mascota o juguete de verano’ para sus hijos y luego le abandonó.

Desde los párrafos 15 hasta el 22, el ‘doctor’ acusa, desde lo que considera su ‘verdad absoluta’, y juzga a los humanos que osamos no utilizar a los animales nohumanos para nuestros objetivos personales. Comienza etiquetando (como habíamos visto antes en el enorme listado de insultos) de ‘doctrina’ al pensamiento vegano, pero en realidad es él quien está planteando un enorme dogmatismo. El autor obliga a pensar como él, diciendo que por pertenecer al ‘club’ de la raza humana, es sacrosanta obligación estar de acuerdo con la esclavitud, y utilizar a los nohumanos como objetos para nuestro disfrute individual. También deja muy claro que, según su interpretación religiosa, no queda lugar para pensar distinto. No existe tal cosa como una ‘obligación de ser especista’ (discriminar a los nohumanos rebajándolos a la categoría de ‘objetos’), ni en la Biblia, ni en otro texto religioso, sino que son los especistas los que educan para pensar como ellos. Además, que ‘el hombre es el centro del universo’, es cuestión relativamente nueva, de los últimos 200 o 300 años, ya que antes ‘la iglesia era el centro del universo’, y antes aún, ‘el Cesar era el centro del universo’, lo que demuestra que es la autoridad de turno quien determina el famoso ‘centro del universo’. Para el ‘doctor chinchillero’, evidentemente su negocio de usar animales es el ‘centro del universo’.

Lo que no queda muy claro es lo que quiso decir en el párrafo 18 donde dice que (según el veganismo) “El Hombre es un ‘especista’, ha inventado todo esto en defensa de ‘su’ especie y en detrimento de los otros habitantes del planeta...”. Primero que nada, nadie está acusando a toda la especie humana de ser especista, sino solamente a los especistas. Como todo lo que termina en ‘ista’, uno se hace, no nace. Nadie nace socialista ni capitalista ni monoteísta, sino que se hace, de acuerdo a su formación, elección, decisión, etc. Tampoco queda claro por qué colocó ‘su especie’ entre comillas. Qué quiso decir el autor? Quiso cuestionar que la especie humana no le pertenece a los humanos? Eso no queda claro, pero es muy cierta la definición del especismo, es algo que va en detrimento de las demás especies, sí.

Y continúa hasta el párrafo 22, despotricando contra quienes pensamos diferente a su querido y definido especismo, preguntándose por qué y ‘sin derecho’ no puede utilizar a los demás como si fueran sus objetos personales. Todavía no le queda claro, a pesar de haber definido al especismo? Piénselo al revés: Quién le dio derecho a usted a utilizar a otros seres? Pero claro que no importa si antes, durante o después de la utilización la víctima es muerta! Claro que es mejor que un asesino además no golpee a sus víctimas, pero eso no hace el asesinato sin golpes ‘socialmente aceptable’. Para una mejor explicación sobre esto que le estoy diciendo, le recomiendo leer el libro de Gary Francione, ‘Introduction to Animal Rights: Your Child or The Dog’, Columbia University Press, 2000. Y así es, por si no quedó claro, ‘NADA!’ que provenga de la esclavitud es moralmente aceptable.

Ya para el párrafo 23, el delirio del autor ‘doctor’ peletero, es de una gravedad importante. Primero que nada, el que está propagandeando en su sitio comercial es usted, ya que nosotros defendemos los derechos de quienes no los tienen. Ojalá los derechos de los animales pudieran tener un espacio en cines y espectáculos! Lamentablemente, quienes pueden costear mensajes publicitarios son los que ganan dinero lucrando con la vida de los demás, como sucede en su negocio, por ejemplo.

El ejemplo que pone, en el párrafo 24, y en otros más adelante, de que hay un fin de recaudar dinero por detrás de la causa de los animales, no tiene ningún fundamento. Para empezar, sí existen organizaciones que mueven fondos, pero no estamos hablando de organizaciones que promuevan otorgar derechos fundamentales a los animales, derechos como por ejemplo, no ser considerados un objeto, derecho a no ser propiedad privada. Muchas organizaciones, y tal vez sean las que usted tiene en mente, ponen el foco de atención en ‘el sufrimiento’, pero no es lo que planteamos. Claro que menos sufrimiento siempre es positivo, no seamos ingenuos, pero nosotros nos oponemos directamente a la utilización. Nos oponemos a que los animales sean utilizados como si fuesen objetos.

Claro, como no tiene argumentos de verdad, recurre a insultos. Y sí, era de esperarse. Más allá de aclarar que es de tontos contestar insultos, le repito que si bien compartimos la idea de que los animales nohumanos no son propiedad humana, definitivamente no compartimos la violencia para defender sus derechos, ni los de nadie. Defender un derecho con violencia no está dentro de nuestros parámetros, así que no tiene sentido seguir hablando de eso. Del resto de sus insultos y groserías para referirse a quienes defienden los derechos de quienes no los tienen, simplemente le digo que cada quien es como es, y al lado de ser un especista recalcitrante, reaccionario e inmoral como usted, cualquier insulto queda chico.

En los párrafos 29 y 30, el autor hace apología de su especismo, aparte de mentir, claro. Es gracioso como acusa de existe una especie de adoctrinamiento para convencer a la gente de que es ‘peligroso’ dejar de utilizar animales para alimentarse, cuando en realidad es gente como él quien es responsable de una verdadera doctrina del miedo a todo lo que no sea lo que ellos dicen. Ejemplos los hay de sobra, pero siempre es un fuerte factor ese del miedo. Desde edades preescolares se nos adoctrina que ‘los animales fueron hechos (faltó decir que por el ser humano!) para nosotros los humanos’. Y como uno es chico, se cree el cuentito de que estamos obligados a ser especistas, o vendrá el cuco, el viejo de la bolsa, o quién sabe quien más, y nos llevará! Pero ya lo dice el propio autor (párrafo 30), ‘la leche es de la vaca’, y no del bebé de la señora humana. Sino póngase a pensar: Qué otra especie continúa lactando después del tiempo de lactancia? Qué otra especie (salvo casos excepcionales en animales domesticados) toma leche de otra especie? Qué otra especie esclaviza a otra para hacer negocios? Ninguna, claro.

Pero no es un invento vegano lo de que ‘le roban la leche a la vaca’, eso es de público conocimiento. También es conocido el destino de los terneros y la ternera, y también el de la vaca luego que ya no les es redituable utilizarla para sacarle leche. Ningún invento. Pero ya que dice que son una “sarta de mentiras”, cómo es que le parece “bonito” explicar la realidad del matadero? Tal vez con esos términos eufemísticos como ‘playa de faena’ y todo eso inventado para distraer la atención? Por qué no son abiertos los mataderos entonces? Por qué a la mayoría de las personas que comen carne les da (por lo menos) ‘asco’ saber el más pequeño detalle de donde proviene la carne/leche/cuero que está comiendo, tomando o usando? Por qué una vena en un churrasco, un coágulo de pus en la leche, o los ojos de un zorro en un tapado dan malestar hasta a los más duros especistas? Ningún invento, ‘doctor’.

Los delirios e insultos siguen y siguen. Allá por el 31 y 32 acusa a quien defiende los derechos, de que defiende los derechos de los demás y no los de su club. Esas enfermizas comparaciones no son otra cosa que un ‘Nacional-Peñarol’, un ‘Boca-River’, o un ‘Flamengo-Botafogo’ (sin ofender a otros clubes o a ejemplos de otros países). A ver si nos entendemos: partimos de la base, porque nadie se ha olvidado, que absolutamente todo el Derecho existente hasta el momento es creado por y para los humanos. Por defender los derechos de los que no los tienen (los nohumanos) nadie está diciendo que se vayan a dejar de lado los de los humanos. Ese argumento es delirante y carente de sentido, ya que se trata de ampliar la cobertura de derechos a quienes no los tienen, y no de sustituir. Además, irracional es decir ‘derechos para mi raza, y para ninguna otra’, porque se le ocurrió al que hizo la les leyes. Nadie ha reemplazado nada, ‘doctor’, el prójimo somos todos quienes tenemos la capacidad de sentir, y por lo tanto, la capacidad de tener interés en no ser utilizado como objeto.

Para los párrafos 33 al 35, los ejemplos siguen viniendo ‘tirados de los pelos’ (para variar). Insultando sólo prueba su falta de argumentos, claro. O sea que el ‘mundo cuerdo’ es el suyo, occidental y cristiano, supongo, y todo el resto es un desfile de locura. Eso es lo que está diciendo al menospreciar otras culturas. Si Fulana de Tal fue a la India, es irrelevante. De todas formas, no es representativa, ni es válido tomar a alguien como representativo, ya que no estamos hablando de seguir a un líder místico. Estamos discutiendo ideas, usted sostiene que es bonito, deseable, válido y cuerdo utilizar a los animales como objetos para su negocio, y yo le estoy diciendo que esos animales tienen intereses propios, y le aseguro que van por cualquier lado menos por sus manos. Supuestamente usted es tan, tan, pero tan ‘racional’, que no le da su neurona para inventar algo que no pase por matar. Por favor!

Del 36 al 39 sigue inventando, sacando supuestos ejemplos de su galera especista. Repito, no es ‘el hombre el peor castigo para la naturaleza y los animales’ (aparte de especista, machista), sino que los seres humanos especistas lo son, en todo caso. Como le venía diciendo, esa de destruir, depredar y utilizar a otros, es más bien una actitud, no le parece? Es de público conocimiento que al alimentarse de forma carnívora, una misma hectárea de terreno rinde 10 veces menos kilos de proteína, al tiempo que gasta 10 veces más agua. Eso, por citar tan solo un ejemplo, pero eso lo puede googlear fácilmente, no necesito decirle yo.

Pero el ejemplo del (párrafo) 38 lo supera todo! Qué disparate! Le puedo asegurar que por no ‘sumarme al club’ de usar animales, no dejamos de convivir! No le parece un poco infantil el ejemplo? Qué falta ahora? Nos va a acusar con la Dirección de la escuela, diciéndoles que ‘no queremos usar animales’?

Nadie se aísla ni se aliena por no utilizar a lo animales humanos como si fuesen sus objetos personales. Al contrario, diría yo, se trata de convivir con más, y no con menos. El que se aísla es usted, diciendo ‘es lo que yo digo, o son mis enemigos’. Además, usted no es peletero? Qué hace opinando de leche, panchos, doctrinas, reencarnación y sectas?

En el párrafo 40 el autor dice como que ‘no hay otra forma de hacer vino’ que no sea la que él cree como única e irrepetible. Nunca se me ocurriría meterle huevo al vino, y sí he visto como se hace y hasta hecho algún vino. Pura uva.

En el párrafo 41 se está contradiciendo un poco, acusando de no sé qué cosas a las personas veganas, mientras que se ha mandado un texto bastante extenso, en el que sale a defender, al mejor estilo barrabrava, a absolutamente todos los negocios especistas. El autor actúa como un (anti) ‘gurú’ del especismo, defendiendo desde su peletería hasta la industria de la leche, pasando por quién sabe cuanto otro curro especista. Pero casi ningún otro hace esto de escribir blogs en sus páginas comerciales, sino que simplemente asumen que lo que hacen es ‘normal’. Usted los sale a defender a todos, patoteando e insultando a los que piensan diferentes. Si eso no es actuar como un ‘hooligan’, no sé qué es.

En el (párrafo) 42 nuevamente cuesta entenderlo. Eso de que ‘se autoestimulan a ellos propios mismos entre ellos’, o lo que sea que quiso decir, no tiene sentido, ya que es la cultura que usted comparte, la que adoctrina las 24 horas del día, los 7 días de la semana, con su mensaje único ‘hay que usar a los animales’. Lo desafío a encontrar un mensaje diferente en cualquier medio de comunicación, y después hablamos de quien es el que estimula pensando algo distinto. El que debería hacerse tratar es usted, me parece, ya que tiene que encontrar párrafos y párrafos para decir que las atrocidades que hace ‘están bien’.

En 43 y 44 sigue agrediendo, esta vez poniendo ‘todo adentro de una misma bolsa’. Ahora parece que quien defiende los derechos de los animales es “una vieja gatera”. Cómo cabe describir entonces a los de la misma calaña que el autor, siendo que hacen apología de la muerte especialmente agravada? Con esto me refiero a hacer apología de electrocutar a una víctima colocándole electrodos en el ano o los genitales (de forma de ‘no dañar la piel’) para atontarla, y luego colgarla de un gancho para despellejarla aun viva. Es posible describir eso por medio de algún parámetro psicológico, o directamente va más allá de toda enfermedad mental hasta ahora conocida? Qué tiene de ‘loca teoría’ evitar ser victimario directo o cómplice? Y con cómplice me refiero a la complicidad de mafioso, o sea, encargar el ‘trabajo’ (de comprar artículos de origen animal) pero sin enterarse demasiado del origen. La piel de animal implica necesariamente su muerte del individuo del cual proviene, o acaso me va a decir, señor ‘doctor’, que saca pieles de animalitos que murieron de muerte natural para vender?

En el párrafo 45 el autor intenta despertar una falsa compasión con determinadas poblaciones humanas que “se verían seriamente afectadas” si se prohibiera el uso de animales. Primero que nada, los únicos que “imponen” cosas son los especistas, que sólo procuran su lucro personal sin respetar valor moral alguno. Y segundo que nada, nadie se muere por no utilizar a otros individuos como si fuesen sus ‘objetos’ o su ‘propiedad privada’. La esclavitud humana terminó hace 200 años y nadie se murió, y a nadie en su sano juicio se le ocurre reinstaurarla para, de esta forma, generar algunos puestos de trabajo como negrero, capitán de barco negrero, fabricante de látigos o cadenas, o algún otro trabajo relacionado con la esclavitud.

Nuevas alucinaciones se hacen evidentes en el párrafo 46, donde acusa a los veganos de que en realidad “no creen lo que dicen”. Lo que sucede, ‘doctor’, es que hay algo que se llama moralidad, y que seguramente usted no conoce. Para usted, sólo existe obligarse a usar animales por miedo al ‘qué dirán’, y el utilizar a los animales no humanos, que total, como según las leyes especistas, son ‘objetos de derecho’ y no tienen derecho a quejarse. Le informo además que nadie tiene tales ‘deficiencias alimentarias’, eso es un cuento como el del Cuco, para asustar a los ‘niños desobedientes’ que no comen animales. Más bien, y sobre esto basta leer cualquier medio de prensa, los problemas de salud son por excesos, por ‘agrandar combos’ y ese tipo de cosas.

Más abajo (48) acusa a cualquiera que defienda los Derechos Animales de seguir a un supuesto líder llamado ‘PH’. Claro, no puede faltar en cada hogar una estampita de PH! (risas). No, hablando en serio, lo que haya dicho el tal ‘líder’ (además, no se de dónde sacó que hay líderes entre quienes defienden los derechos) es asunto del tal ‘líder’, con respecto a la supuesta facilidad o dificultad para formar una familia. Pero analicemos el ejemplo opuesto: según el autor, para formar pareja hay que ser especista? Por favor! Justo lo que necesita el mundo: más especistas!

Después habla (49) de que lxs veganxs andamos por ahí lanzando “falsas acusaciones”, o que para que a alguien le parezca reprobable la esclavitud, tiene primero que ir físicamente al lugar donde están siendo usados los esclavos. Acaso es necesario presenciar un asesinato para ‘convencernos de que matar está mal’? El razonamiento del autor no es muy brillante. Usar a los (demás) animales como si fuesen objetos es reprobable, sin importar cómo se usen, y aunque uno nunca hubiera ido al campo para ver las cosas que les hacen. Qué habría para ver en el establecimiento rural, según el autor, que pudiera convencer a alguien convencido de que los animales nohumanos tienen interés en no ser utilizados como si fuesen objetos?

No sé a qué se refiere el autor con los ejemplos que menciona en 50, pero, nuevamente, en todo caso, cada quien sería representativo de su propia forma de pensar y proceder. Reitero, reivindicamos el derecho básico de cada quien a no ser considerado un ‘objeto’, y para eso, quienes elegimos exigir estos derechos por medios no-violentos no tenemos nada que ver con violar ninguna ley, incluso el autor sabe que eso es posible, lo menciona (no sin insultar, como nos tiene acostumbrados, en el párrafo 52). Claro que el autor seguramente estaría fascinado con alguna ley que obligue a usar animales, así podría decir que ser vegano es un delito! También reitero que la única plaga (para contestar el 51) aquí es el especismo, y eso se aprende, se hace, no se nace.

Es difícil contestar los párrafos 52 al 56 entre tanta seguidilla de insultos que, nuevamente, demuestran su falta de argumentación. Y es que, justamente, no es necesario argumentar cuando se está hablando de valores morales, no hay ‘correcto’ o ‘equivocado’, aunque siempre el que reivindica la violencia tiende a sentirse ‘un poco’ menos legiimado. Por qué el autor usa tantos insultos para criticar la moralidad de los demás? Quíen es el único intolerante? Por qué pone el autor la palabra especista entre comillas? (54), siendo que él mismo es un especista, seguramente el que se haya tomado el trabajo de hacer más apología de esa forma de discriminación. Acá el único que no respeta la manera de vivir respetuosa es el tal ‘doctor’ autor del artículo. En todo caso, reivindica una forma de vida no respetuosa y la impone, insultando a quienes no piensan como él. Quién es el fascista, siendo que ellos utilizaban medios muy pero muy parecidos a los que usted utiliza con sus propias víctimas? Lo que dice en 57 y 58 es algo tan disparatado que merece tratamiento psicológico, pero tratemos de ayudarle a razonar: acá el único que está proponiendo una ‘dictadura’ de pensamiento único, donde el único pensamiento válido y obligatorio es ser bíblico, especista, y despreciar a todo lo que no sea bíblico, humano, y especista. El único que está acusando, criticando e insultan a todo quien piense diferente es el autor del texto, el tal ‘doctor’ peletero. Con la (falta de) tolerancia que demuestra, queda claro que la única razón por la que no sale a despellejar veganas y veganos es porque las leyes bien lo protegen a él por ser humano. Y está bien que así sea, usted piensa distinto, ‘doctor’, pero no por eso lo voy a utilizar como si fuera un objeto para sacarle órganos o algo así. Queda claro que acusa a los demás de lo que él mismo es.

Para el párrafo 60, vuelve la desesperada sección ‘llame ya’. El autor tiene ilusiones de ver prosperar sus inmorales negocios, y niega la realidad, ya que afortunadamente hoy en día, las pieles de animales muertos son usadas solamente por arcaicas señoras mayores que piensan que se ven más atractivas poniéndose los restos de un animal muerto encima. Los desesperados intentos por hacer que la piel de los muertos se vea ‘fashion’ se pueden ver en forma de millonaria propaganda en programas de televisión actuales. Afortunadamente, y fuera de la TV, no hay como las eficiencia de las fibras sintéticas para abrigarse.

El autor hace una buena reflexión, y hasta pareciera que le importara la moralidad. En el párrafo 61 habla de lo malo que es la discriminación, con lo cual coincidimos, pero no entiendo por qué condena el racismo, el genocidio y la xenofobia, y al mismo tiempo hace apología del especismo, el animalicidio y la discriminación hacia quienes no son humanos. No sé a qué se refiere con el comentario del párrafo 62, de que “hoy los alienados no pueden volcar su frustración contra las minorías”. En el artículo del ‘doctor’ peletero, vemos que perfectamente ha volcado su frustración por la baja en la venta de pieles de animales, en un extenso artículo contra los y las veganas, que todavía no somos mayoría. Es muy cierto lo que dice en el párrafo 63, los especistas utilizan a nohumanos en sus perversiones, ya que usar humanos está prohibido por la ley.

Pero no se queda contento el supuesto doctor, y continúa acusando de lo que él mismo hace. Por lo que respecta al párrafo 64, los métodos que utilizaban los nazis son los mismos que aparecen en la página y el artículo peletero: 1) Centran todas sus energías en atacar y señalar a sus enemigos. En el caso de los nazis, veían en el pueblo judío a su enemigo, y les acusaban de causar ‘estragos económicos’ a los negocios nacionalistas alemanes. El ‘doctor’ peletero acusa a los veganos de causar ‘estragos económicos’ a su negocio de utilización de animales. 2) Los nazis actuaban, en una primera etapa, insultando y amenazando a sus enemigos, lo mismo que él está haciendo hacia los veganos. 3) Los nazis consideraban como objetos a sus enemigos, sometiéndolos a los más perversos vejámenes, lo mismo que hacen los del CIC con los animales que utilizan para arrancarle sus pieles.

Pero después de tantos insultos y aparentes intervalos de lucidez en los que el autor del texto especista ataca a las ideas de los Derechos Animales, aún parece no quedarle claro el concepto. Para el párrafo 65, nuevamente utiliza las comillas en la palabra “usar” a los animales. A qué se refiere su interrogante? Si a alguien lo meten en una jaula, lo sacan, lo electrocutan, lo cuelgan y le sacan su piel para luego lucrar con ella, eso no es usar a ese individuo? Y ese es tan solo el ejemplo que supongo le queda más ‘cómodo’ a su entendimiento. Usar a alguien es rebajarlo a la categoría de ‘objeto’, o sea, discriminarlo, pasar por encima de su libertad (la cual, según criterios civilizados, termina donde comienza la de los demás) y aprovecharse de ellos. Si no le queda claro el concepto de ‘usar’ a alguien, tal vez su trastorno sea más grave de lo que parece, y lo que tenga que reaprender sea el concepto básico de ‘libertad’.

Desde el párrafo 66 al 71 no vale la pena reiterar, ya que repite historias del tal PH, que según el autor del texto, representaría a todos los que procuramos los Derechos Animales. Le reitero que no hay líderes ni figuras que representen a quienes defendemos los derechos. Cada quien tiene sus métodos, simplemente que nosotros no elegimos la violencia. Pero si hay alguien que no es ‘expuesto’ o ‘vulnerable’ aquí es cualquiera, menos el negocio especista, que cuenta con especial protección legal y mediática, así que, ‘doctor’, no venga a hacerse el víctima, por favor.

Entre los párrafos 72 al 74, parece que el autor recobrara su entendimiento, y al menos entiende lo que significa usar a otras/os. Pero qué ejemplos más ingenuos utiliza! No se preocupe por los animales libres, le puedo asegurar que cualquier lugar es mejor que una explotación. Así como no hay una ‘buena guerra y una mala paz’, ni una ‘mala democracia y una buena dictadura’, tampoco hay una ‘mala libertad y buen esclavitud’. Si viviéramos hace 200 años, el ‘doctor’ peletero autor del texto especista sería de los racistas que decían que ‘los esclavos quieren ser esclavos, nacieron para eso, y no podrían estar mejor en otro lado que siendo propiedad privada’!

Comenzamos este análisis hablando de lo peligroso que resulta que alguien pueda tomar en serio textos extremadamente reaccionarios y violentos como el que escribió este peletero. Decíamos también lo peligroso del efecto ‘una mentira repetida mil veces’, ya que alguien puede creérsela. Bien, no serán mil, pero entre los párrafos 76 y 85, vemos la palabra ‘dinero’ repetida 9 veces! O sea, el mismo párrafo repetido 9 veces. El autor intenta justificar su especismo (discriminación hacia los que no son de su misma especie) diciendo que procurar derechos (a no ser considerados un objeto) para los animales es por un fin lucrativo. Aquí tenemos un claro ejemplo de lo que se trata todo el texto, o sea, de acusar a otros de lo mismo que hace él: ausencia de valores o, ‘todo por dinero’. Ya que despellejar a otros para vender sus pieles requiere una verdadera frialdad de mente y ausencia de valores morales, el peletero en cuestión intenta deslindarse de esta característica de su personalidad para acusar a otros diciendo que hacen las cosas por el dinero.

Pero lo verdaderamente irrisorios son algunos de los comentarios, como que ‘el dinero no es disfrutado por los animales’. Para empezar, el dinero, como creación humana, de la única forma que puede verse reflejado en los Derechos Animales es mediante el fin de su esclavitud. Ciertamente, la abolición de la consideración de los animales como objetos (o sea, el especismo) no se va a lograr mediante dinero, salvo el que se use en campañas para educar a la población en este sentido. El especismo está infiltrado en todos los ámbitos de la cultura, ya que desde edades preescolares se nos educa para pensar que los demás animales sintientes son ‘objetos de derecho’ al servicio humano, y que no tienen derecho a ser considerados (o sea, no son ‘sujetos de derecho’).

También intenta el autor, nuevamente, repitiendo y repitiendo lo mismo, (entre los párrafos 85 a 92), que ‘no es tan malo usar animales’, y que las imágenes publicadas sobre el uso de animales, especialmente en su rubro (la peletería), son en realidad trucos. El desesperado argumento cae por su propia debilidad, ya que en ningún momento muestra él, o alguno de sus colegas peleteros, algún método que no sea el que describe como ‘trucho’ o ‘falso’. Si las imágenes de focas destrozadas y despellejadas vivas en la nieve fueran falsas, entonces por qué los peleteros no muestran en sus sitios web, imágenes supuestamente ‘verdaderas’ de ‘animales sacándose sus pieles’? Basta con saber que para los animales no existe tal cosa como la ‘donación voluntaria de órganos en vida’. Sacarle la piel a alguien va contra cualquier derecho, sin importar de qué forma se saque esa piel, esa carne, leche, miel o cualquier otra cosa.

Entre los párrafos 93 a 101 el ‘doctor’ peletero intenta hacer apología del famoso ‘bienestar animal’ para decir que ‘está bien usar a otros, siempre que se los trate bien’. Primero que nada cabe destacar que el tan mencionado ‘bienestar animal’ o ‘sanidad animal’, (en inglés ‘Animal Welfare’) es un término utilizado por productores ganaderos para referirse a una serie de criterios de manipulación que minimiza daños a la ‘mercadería’ (los animales!), para maximizar así las ganancias en peso y calidad. Lo cierto es que para procurar más información sobre ‘bienestar animal’ es preciso navegar páginas de ganadería, y no de Derechos Animales, ya que es una característica fundamental del ‘bienestar’ la consideración de los animales como ‘mercancías’ u ‘objetos de derecho’. A nadie sorprende que el peletero en cuestión sea consciente de este criterio ganadero y lo aplique en su negocio, pero lo que sí sorprende es que lo utilice para excusarse.

En dos párrafos en particular, los 98 y 99, el autor intenta argumentar que debido a la constante utilización de animales por parte del ser humano redunda en un ‘beneficio para los mismos’. Según el autor, las gallinas se ven ‘beneficiadas’ por menstruar 365 veces al año en lugar de 70, y las vacas se ven ‘beneficiadas’ por segregar 10 veces más leche (para hijos que les son quitados). Tales modificaciones fueron hechas por humanos y para beneficio humano a lo largo de cientos y a veces miles de años. Acaso una vaca merece que ser esclavizada porque sus antepasados hace 900 años también lo fueron? Pero este comentario del autor es infundado, además de especista. Seguramente el autor del texto no haría lo mismo con sus hijos, o sea, considerarlos como sus esclavos hasta que no le paguen el dinero que gastó durante la infancia de los mismos.

Entre los párrafos 102 al 110 vemos otro concepto que es repetido, no sé si exactamente 1000 veces, pero tal vez un poco menos. Se trata de una organización que el autor del texto especista menciona. Primero aclaremos algunos términos: Veganismo significa no considerar a los animales como si fuesen objetos, sino como sujetos de derecho, al menos derecho a no ser considerados como propiedad humana. El autor dice que PETA es una organización vegana, lo que no es cierto, sino que su nombre es muy claro al decir ‘trato ético a los animales’. Por lo tanto, no es cierto que la mencionada organización sea representativa de los Derechos Animales. Pero hay algo que deja a la débil argumentación del citado texto en evidencia, y es que el autor constantemente sugiere que procurar Derechos Animales es algo de personas ‘violentas’ y ‘desequilibradas’ (por no citar todos los otros insultos de los que hablábamos en el comienzo), y que muchas veces ‘recurren a actos violentos y/o ilegales’. Esto se contradice claramente con la otra falsa argumentación, de que PETA representa de alguna forma al veganismo o a los Derechos Animales. Más allá de toda crítica que se le pueda hacer a la citada organización, si hay algo que no hace, son acciones violentas. Por lo tanto, las acusaciones del ‘doctor’ peletero demuestran ser inconsistentes.

Entre los párrafos 112 y 123 hay un nuevo listado de preconceptos que el autor tiene. Todos ellos parten de su especismo (discriminación hacia quien no es de su especie) y su reaccionaria actitud (se cree dueño de una ‘verdad única’). Es interesante ver la variedad de expresiones que utiliza para verter opinión en un texto que supuestamente es ‘serio’. Por ejemplo, se sorprende de que ‘incluso los mariscos’ estén considerados por los Derechos Animales. Esta actitud es típica de los especistas, ya que ellos confeccionan jerarquías, donde si algo tiene valor, es porque se parece a lo humano.

En el párrafo 112 el autor hace un juego de palabras con el término ‘sacrificio’, que es un eufemismo comúnmente utilizado por los ganaderos y otros explotadores de animales. Un ‘sacrificio’ es algo que uno hace voluntariamente, por ejemplo, para lograr una causa, para peregrinar por motivos religiosos, etc. Similar a la palabra ‘hacerse voluntario/a’, que no puede ser usada en forma pasiva como *’me hicieron voluntario/a’, tampoco puede haber un ‘sacrificio forzado’. Cuando estamos muertos, sin importar si morimos por causa natural o fuimos asesinados, somos cadáveres.

También aparecen conceptos ingenuos y equivocados, como el del párrafo 115, donde defiende la experimentación en animales, también llamada ‘vivisección’. Dice que tal práctica es justificable porque redundaría en bneficio humano. Si alguna vez la vivisección redundó en algún beneficio para los humanos (más allá del económico, que obviamente sí lo motiva), de todas formas cualquier experimento tiene que probar ser efectivo en humanos, y actualmente, gracias a los avances científicos, es posible utilizar modelos electrónicos, sintéticos, o incluso cultivos de células humanas, lo que adelanta en años cualquier avance científico. Son miles los laboratorios y universidades en todo el mundo que ya han abandonado la práctica de la vivisección, y sin duda son las que más avanzan al no cargar con ese obsoleto lastre.

En el párrafo 119 al autor se le ocurre que los Derechos Animales no abarcan a los animales utilizados como objetos de diversión, como los caballos usados en domas, carreras y otros juegos. Si el concepto de Derechos Animales todavía no quedó claro, los mismos abarcan a todo animal sintiente, humano o nohumano, el cual no merece ser considerado como un objeto. Es bastante evidente que la utilización de animales para espectáculos es igualmente condenable.

En el párrafo 122 hay una curiosa acusación, mezclada con algo de incitación a la violencia. El ‘doctor’ especista no hace distinción entre pintar una pared y atacar a alguien! Esta acusación parte de un preconcepto que el autor tiene (aparte de creer que los animales son objetos), de que ‘daño a la propiedad privada es igual a daño a alguien’. (Nuevamente), si el concepto todavía no quedó claro, buscamos evitar que alguien sea considerado como un objeto, y esto incluye no ser atacados/as ni dañados. Por qué el autor tiene esa extraña forma de pensar, incluso hacia otros seres humanos? Cualquier semejanza con utilizar a otros como objetos, será pura casualidad?

Ahora el autor del texto especista, en los párrafos 123 y 124 pretende ‘tapar el sol con un dedo’. Livianamente dice que la ganadería y la peletería no son (luego de las emanaciones de los vehículos) la principal causa de contaminación en el mundo, ni la principal causa de deforestación y escasez de agua. Cifras exactas existen en cualquier lado, incluso en sitios no veganos, así que no es necesario ahondar en este punto. Simplemente recordar, a grandes rasgos, que la ganadería es 10 veces más ineficiente en superficie tierra y agua, que la agricultura. Es más, esta última ha visto los mayores avances en tecnificación, incluso en terrenos antes inaccesibles. Por citar tan solo un ejemplo, la hidroponía hace posible la obtención de vegetales sin utilizar terreno alguno.

Todos los animales nos adaptamos a vivir en diferentes terrenos, pero eso no es justificativo para utilizar a otros como si fuesen objetos. Mucho menos justificativo es utilizar a otros con la excusa de que no pertenecen a mi misma especie, sobre todo en una época en que por todos lados vemos confecciones sintéticas enormemente más eficientes para abrigar, que la piel de otros animales.

Ya acercándonos al final del texto, termina el mismo con una agotada apología de la consideración hacia los demás animales como si fuesen objetos a disposición de los humanos. El reiterativo listado es abrumador por momentos, pero no deja de mostrar la falta de argumentos verdaderos. Tal como observamos al comienzo de este análisis, la enorme cantidad de texto publicado en el sitio web de los peleteros de chinchillas (136 párrafos!) parte de tan sólo un par de preconceptos, tales como ‘existe una única verdad superior e incuestionable’, ‘si no se es humano, se es objeto de derecho’, y ‘quienes se oponen a lo anterior, son violentos, locos... (y una gran lista de insultos más)’.

Afortunadamente vemos cada vez más, nuevas tecnologías aplicadas, a la vestimenta, y a todo lo que antes se pretendía usar a otros animales. Si algo prueba la inteligencia humana, es que es capaz de vivir sin esclavizar a otros para lograr sus fines. Así como nadie ‘se murió’ cuando se abolió la esclavitud de los humanos hacia otros humanos, no hay una necesidad de ‘vida o muerte’ por utilizar a otros animales como objetos, objetos de derecho, o mercancías.

La evidencia lógica nos dice que el especismo es una discriminación sin sustento ético, y que no tiene lugar en un mundo que busca la paz por donde se lo mire, pregunte a quien se le pregunte. Como nunca, vemos aplicado el dicho de la gran escritora, Alice Walker:

“Los animales existen en el mundo por sus propias razones. No fueron hechos para el ser humano, del mismo modo que los negros no fueron hechos para los blancos, ni la mujer para el hombre.”

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8 comentarios:

jor - uvp dijo...

Hola!
Hace unos días me enviaron un video de una entrevista entre un novillero y un integrante de una organización de defensa animal, hoy lo escrito por el Dr peletero............tanto uno como el otro no logran dar sustento a sus argumentos y soplan y resoplan tonteras y como este peletero, insultos a diestra y siniestra.
Estos, son ejemplo de un mundo que debemos dejar atrás, de seres que no comprenden en sus apretadas mentes que un nuevo tiempo ha llegado para todos.
Aún falta mucho tiempo y muchos como estos personajes harán mucho daño a todos sin importar nada más que su propia testarudez, ego y bolsillo.

Muy buena tu detallada respuesta, no deja nada sin respuesta en los 136 párrafos.


Jorge Tomás Bogner
Patagónia Argentina

Anónimo dijo...

Tengo que dar por supuesto que eres un vegetariano radical...para estar de acuerdo con tu manera de pensar.
Quizas un poco demasiada larga la exposicion. Cansa un poco.
Que pasa con la explotacion humana, ya sea hombre, mujer o niños ????
Hay prioridades ???? Algo sobre esto o es menos importante.
Conste que lo digo de buen rollo.
Saludos.

Anónimo dijo...

charly

Anónimo dijo...

A Charly...
La liberación animal y el veganismo se refiere a TODOS los animales. Obviamente incluye a los humanos.
No hay prioridades...la explotación de cualquier ser sintiente es moralmente injustificable, por lo tanto, debemos oponernos a ella (en cualquiera de sus formas) y luchar por abolirla.

Con respecto al artículo...jamás pensé que podría haber resistencia directa en contra del amor y el respeto.
Solo queda trabajar mas duro.
Saludos veganos.

Liberación Animal

Anónimo dijo...

Estimado Charly, gracias por tus comentarios. Contestaré por este medio, que es el único disponible en este caso. Recuerda que siempre se puede escribir mails a movimiento.coexistencia@gmail.com

En cuanto al uso de la palabra 'radical' en tu comentario, si bien la misma es neutra y quiere decir 'relativo a la raíz', muchas veces es usada despectivamente. Como en el artículo del peletero, que intenta hacer propaganda contraria a la abolición del especismo diciendo que por ser radical (sí, nos oponemos 'de raíz' al especismo), uno sería 'violento'. Nada más alejado de la realidad. Por el contrario, expresiones verbales violentas dan cuenta de actitudes violentas en la práctica, no son necesarias más conclusiones lógicas en ese sentido.

En cuanto al largo del artículo, es del largo necesario para argumentar las opiniones del peletero que, si bien son repetitivas, era necesario ir párrafo por párrafo ya que iban dirigidas a sensaciones y creaciones del imaginario colectivo.

Qué sucede con la explotación a humanos? Lo mismo me pregunto: qué sucede con ella? Utilizar a alguien como si fuera un objeto es explotación en sí misma, independientemente de la especie a la que pertenezca el explotado. Lo que no se entiende es la discriminación. Por qué lo humano debería ser diferente de lo nohumano, si la capacidad de sentir es la misma? Acaso no somos animales nosotros? Tenemos la capacidad de sentir dolor y placer, y esa capacidad no distingue entre especie.

No hay razones, sin caer en especismo, claro está, para decir que un dolor vale más que el otro sólo porque uno sea de una especie o de otra. No sienten más los monos que los pájaros, los perros que los peces, los humanos de los caballos. Esas categorías de 'especie' son creaciones humanas y, por lo tanto, tienen un criterio humano.

La única diferencia entre humanos y nohumanos es que los primeros están protegidos por derechos. Sólo los humanos tenemos derecho a no ser uno objeto para los demás. O sea, los primeros están protegidos, los humanos tenemos derechos, los animales no. Si bien existe explotación hacia humanos también, los mismos contamos con herramientas legales para hacer valer nuestros derechos. Esta página promueve que todos tengamos derechos, sin importar de qué especie seamos.

Como explica el Dr. Francione en su libro Introduction to Animal Rights: Your Child Or The Dog, no existe una dicotomía entre animales y humanos, no existe un conflicto, guerra o necesidad de que unos existan a pesar de los otros. La única instancia en la que nuestra libertad (que termina donde empieza la de los demás) puede afectar a otros es en el caso de la legítima defensa. Pero para la legítima defensa, que interesa si el atacante es humano o no humano?

Saludos,


Pablo

Fernando Rognoni dijo...

Gracias Pablo!

Es cierto que el articulo del "doctor" esta lleno de incoherencias y sus fundamentos no tienen sentido.

Lo que me resulta descorazonador, es que este tipo de razonamientos especistas existan, que muchas personas los apoyen, y prefieran considerarlos ciertos incluso sin que estas personas sean vivan de la industria carnica o peletera. Solo para justificarse y poder seguir explotando a los no humanos.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Hola, soy Carlos, desde Euskal Herria.
Genial tu respuesta, cuando hacemos mesas informativas o actos para promover el veganismo siempre te tachan de `radical´cuando realmente este adjetivo debería de ser el de `coherencia´.
Perseguimos un mundo libre de explotaciones, somos personas a las que los poderes instaurados perseguirán y siempre tratarán de ridiculizar, el veganismo ataca de raíz (como tu bien has dicho al definir la palabra `radical´) todo lo que conlleva la explotación, ya sea de humanos o no humanos.
Quienes son los mayores explotadores? no hay más que encender la televisión y ver un pase de anuncios, TODOS los anuncios son sexistas, especistas y racistas, así como a veces se ven muchos anuncios homófobos.
Es un círculo vicioso del que cada vez más gente se está apartando o despertando, nuevas conciencias acerca de la relación que tenemos con los animales no humanos están apareciendo, cada día somos más, va lento, porque es la lucha de, valga la metáfora, David contra Goliath. Pero creo que nuestra lucha va en buen camino porque esos quienes perpetúan la explotación están poniendo muchos recursos, dinero y esfuerzos en impedirnos mostrar la realidad, su tiempo está pasando.

Salud y Libertad
Go Vegan

Anónimo dijo...

ARRIBA LOS ANIMALES SON LO MEJOR Q HAY EN ESTE CORROMPIDO MUNDO¡¡¡¡